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Concepció G. Maluquer
1914-2004

Entrevistes

Fue presentada la primera novela realmente extensa de la escritora Concepció G. Maluquer, Aigua Tèrbola. Las tres primeras que tiene en su haber son de un volumen más reducido, tal vez debido a que la autora procede del campo de la poesía, campo que abandonó porque "no le permitía expresar con claridad lo que deseaba". Concepció G. Maluquer acaba de pasar por el difícil trance de una irreparable pérdida familiar.
—No sé si volveré a escribir –me dice.– En todo caso pasaré mucho tiempo, antes de que me sienta con ánimos de reanudar mis trabajos literarios.

—Para usted crear no es sinónimo de evasión, ¿verdad?
—Escribiendo me concentro en mi misma, hago un examen de conciencia que me obliga a sufrir y no a evadirme.

—¿Realmente la poesía no le bastaba para expresar cuanto quería?
—Mi manera de entender y hacer poesía no me resultaba lo suficientemente explícita, para decir con claridad lo mucho que pretendía exponer. La novela en cambio ofrece la oportunidad de decirlo todo de una manera llana y directa. En novela, por otra parte, son los personajes quienes hablan por mi. [...]

—¿Cuál es su postura respecto a las nuevas generaciones literarias?
—Me siento mucho más identificada con la nueva generación, que con la anterior a la mía.

—¿Causas de esa preferencia?
—Pues porque los jóvenes ven los problemas con mucha más objetividad, sin deformaciones, y eso hace que puedan enfrentarse a ellos sin temores ni prejuicios.

—¿Su generación no cuenta?
—La mía es la peor. Tenga en cuenta que es la generación de la posguerra. Una generación amargada, mutilada ya de raíz.

—A ustedes les corresponde darnos testimonio de una época fundamental de transición, que los jóvenes no llegamos a conocer. Sin embargo no lo hacen. ¿Por qué?
—Tal vez porque sufrimos tanto, que muchos de nosotros no han sabido sobreponerse, cobrar fuerzas para salvar los obstáculos que se anteponen al testimonio de la realidad y han reaccionado inhibiéndose.

—En este caso, no era preferible enfundar la pluma o la máquina de escribir?
—En efecto, no valía la pena escribir. Soy de la opinión que, o bien se refleja la verdad sin paliativos o se abstiene uno de hablar. No cabe una tercera alternativa.

He aquí un dilema difícil de resolver.

(Robert Saladrigas: "Concepción G. Maluquer, eco de una generación mutilada")