Autors i Autores

Anna Tortajada

Entrevistes

"No vull viure. Viure em fa un mal espantós… No vull estimar ningú més. La pèrdua és massa dolorosa… El dolor esborra la felicitat, perverteix els records". Con estas lastimosas palabras se expresa Amàlia, una mujer joven, intérprete de violonchelo, cuya hija acaba de morir debido a una trágica casualidad. Es la voz de una madre desesperada, a la que el mundo se le ha venido abajo por el dolor de la pérdida súbita. Un sentimiento desgarrador al que la escritora Anna Tortajada (Sabadell, 1957) se enfrenta en el libro Les habitacions tancades, recién editado por Amsterdam.

Se trata de la primera novela "de tema contemporáneo" de la escritora, traductora y periodista, que convirtió en superventas el libro crónica de su viaje por Afganistán El grito silenciado (Mondadori; Barcanova en catalán), ya traducido a una decena de lenguas. Tras ensayar la narrativa infantil, el libro de viajes y la novela histórica, ahora se ha atrevido con "una historia situada en el contexto actual". Y ha elegido un relato de sentimientos, introspectivo, que mira de frente a la muerte. "Quería crear una novela claustrofóbica, más de personaje que de acción… en la que no ocurrieran cosas. Donde la acción sucediera por dentro", dice.

En efecto, en este relato en primera persona, que utiliza en buena parte el recurso del dietario, el lector asiste a la lenta y costosa evolución de Amàlia desde su derrumbamiento inicial hasta la resignada aceptación. "La pérdida es un sentimiento muy generalizado; y no sabemos asimilarla –razona la autora–. Lo queremos tener todo al momento y, si no, nos frustramos". Para Amàlia, "la muerte de la hija se convierte en la oportunidad de hacer tabla rasa, de ir al fondo de sí misma y llegar a gestionar su vida".

La autora dice que no ha pretendido escribir una novela "de autoayuda", aunque admite que pueda servir de consuelo para personas que pasen por un trance similar. La historia no se inspira en ningún caso real: "Todo es ficción. Todos hemos sufrido pérdidas o nos han ocurrido cosas. Y conocemos de algún modo estas emociones", explica Tortajada. Aunque la narración pivota en Amàlia, la autora dibuja también las relaciones que esta mantiene con los personajes de su entorno: su marido, su madre y una amiga de infancia de esta, Dida, que fue su profesora de música y que deviene su auténtica y comprensiva confidente. "La madre y Dida son dos personajes femeninos contrapuestos: mientras la madre es entrometida, dominante y no respeta a la hija, Dida es respetuosa y confía en que Amàlia superará por sí misma su dolor".

(Rosa M. Piñol: "Anna Tortajada novela el dolor desgarrador de la pérdida", La Vanguardia, 17 de juliol de 2008)

* * *

De la literatura juvenil a la novela de denuncia y, ahora, a la novela histórica. ¿Cómo ha transcurrido su trayectoria literaria entre estos saltos?
–Me gusta hacer cosas distintas según el público al que quiero dirigirme. Esto requiere un tema, como la Reina Isabel, de la que escribí una novela histórica juvenil, y también del propio argumento, para luego enfocarlo a un determinado público o una manera de narrar apropiada. En mis algunas de mis novelas juveniles hay historia, pero en otras bandas urbanas, la situación de Palestina, de Afganistán…

Con El grito silenciado usted se sumergió, como en una catarsis literaria, en pleno conflicto talibán para conocer de cerca la injusticia que se ejerce sobre la mujeres. ¿Es necesario conocer profundamente sobre lo que se escribe?
–En la época talibán se redujo a nada el derecho de las mujeres, a las que se les impedía estudiar en la universidad, por ejemplo. Eso no le importó a nadie, ni Naciones Unidas ni ningún gobierno hizo nada en contra. Entonces, me planté allí y escribí esa novela hablando de aquellas mujeres. Sin embargo, creo que no siempre es necesario acudir a los lugares para escribir sobre ellos. En el caso de Afganistán sí porque no había información sobre ellos, pero en otros casos tan sólo es necesario buena documentación, sobre todo que sea rigurosa. En la novela histórica es fundamental que el contenido que no es ficción esté rigurosamente documentado.

De ahí, Afganistán al Sáhara con Hijas de la arena… ¿Por qué le atrae el "submundo"?
–No es por el lugar sino por la gente, me llaman la atención cosas como que en Barcelona dio una charla una afgana sobre su país y aluciné. Pensé que aquello había que narrarlo y fui allí a conocer la situación. En el caso del Sáhara, leí un reportaje en una revista dominical, no sobre lo que todos conocemos (el Frente Polisario y esas cosas) sino de los campamentos que organizan las mujeres en el desierto y que funcionan gracias a ellas. Todos sabemos que en nuestras ciudades hay asociaciones de Amigos del Sáhara, pero nadie había hablado de sus campamentos, que son muy importantes.

¿Por qué en La dama Titayú se queda en la Península Ibérica?
–Porque con esta novela me encantó ver a la Dama de Elche en vivo, en el Museo Arqueológico de Madrid. Todos la conocemos por foto o por la televisión, pero cuando la vi, tan preciosa, me intrigó tanto que busqué información sobre los íberos y, a partir de ahí, creé una novela historia para hablar de nuestro pasado. Tampoco sabemos nada de la Península Ibérica y sus leyendas y sí, en cambio, de los vikingos.

Esta novela surge de una visita al museo Arqueológico de Madrid, El grito silenciado nació en una conferencia… ¿Necesita de la casualidad para arrancar una historia?
–Más que por la casualidad es porque estoy muy abierta a todo y las cosas que veo me llaman la atención. No programo nada, antes, con las novelas de viajes, me preguntaban cuál sería mi próximo destino y, por lo tanto, de lo que trataría mi próximo libro. Pero siempre estoy con varios proyectos abiertos y a veces la vida te lleva por un lado y por eso se concretan. La vida sorprende y es generosa.

(Diego Marín A.: "Entrevista a Ana Tortajada", blog Ciudad del Hombre, 13 de desembre de 2006)

* * *

¿Qué se siente al llevar un burka?
–Como si desaparecieras del mundo, como si te convirtieras en un espectador mirando por el agujero de una cerradura. Tienes esa rejilla delante de los ojos, ves y oyes, pero es como si no pudieras participar de lo que hay afuera. Yo lo utilizaba para visitar la red clandestina de escuelas y atención médica que tenían organizada las mujeres allí, así que sabía que era circunstancial. Era mucho peor para ellas, porque la mayoría nunca había usado esa prenda, sobre todo en las ciudades.

Se incide mucho en este tema. ¿Es lo que más preocupa a las afganas?
–El burka es lo que menos. Es importante que quede muy claro, porque si no, parecerá que cualquier régimen que lo elimine arreglará la situación. Mucho más importante que tener que ir vestidas de una determinada manera es tener otros muchos derechos negados: derecho al trabajo, a la sanidad, a la enseñanza.

¿Cuál es el origen de la brutalidad talibán hacia las mujeres?
–Probablemente que los talibán eran huérfanos de guerra, que se educaron en orfanatos financiados por Arabia Saudí y Pakistán, y nunca han convivido con mujeres, ni madres, ni hermanas. Sólo estaban encerrados en esas escuelas aprendiendo consignas: a la pregunta de qué es la mujer, los maestros respondían que era la encarnación diabólica y un campo de donde sacar provecho.

¿Es la Alianza del Norte la solución?
–Ahora se nos presenta la Alianza del Norte como los grandes salvadores de Afganistán, los grandes defensores de los derechos y la democracia, cuando son igual de fundamentalistas que los talibanes y cometieron crímenes horrendos contra la población civil: violaciones, saqueos, matanzas... Cuando los bombardeos amenazaban con empezar la gente empezó a huir de las ciudades. Huían de los bombardeos, pero sobre todo de que, bajo la mano de EEUU, iba a volver la Alianza del Norte.

¿Qué es lo que más te impresionó de tu viaje?
–En el aspecto negativo, la opresión que se respiraba en las calles, el silencio del terror. El silencio de una ciudad donde estaba prohibida la música, donde estaba prohibido reírse. Veías por las calles patrullas de talibanes que en cualquier momento podían hacer lo que les diera la gana: detenerte, registrarte, darte una paliza; era vivir en suspenso todo el tiempo. Pero lo que realmente me impresionó fue el coraje de la población civil, el valor de esas mujeres y la perspectiva de futuro que tienen.

¿De qué forma se materializa ese futuro?
–Había maestras que montaban una escuela en su casa, con un número reducido de niñas o mujeres que querían alfabetizarse. Mujeres que trabajaban en la sanidad, se ponían el burka y con el maletín escondido debajo iban a visitar a mujeres enfermas. Y sin medios, porque en esos maletines no había ni una aspirina. Esa voluntad de salir adelante, de mantener la dignidad y el respeto por uno mismo, es lo que más me impresionó.

(R. Ramos: "Viaje al integrismo", Revista Fusión.com, abril de 2002)

* * *

L'Anna Tortajada va viatjar l'estiu passat a l'Afganistan, juntament amb dues amigues, la periodista Mònica Bernabé i la puericultora Mercè Guilera. Al seu retorn a Catalunya van crear l'Associació per a l'Assistència Humanitària de les Dones i Nens de l'Afganistan, que té per objectiu denunciar el règim talibà i ajudar el poble afganès. Els beneficis del llibre estan destinats íntegrament a l'esmentada associació. Aquesta entrevista va ser realitzada el 25 de setembre del 2001, abans que s'iniciessin els bombardejos a l'Afganistan.

–Com et vas interessar per la situació de les dones a l'Afganistan?

–Va ser arrel d'una conferència que va pronunciar al nostre país la presidenta de Hawka. Em vaig quedar enganxada del tema. Vaig parlar amb ella i li vaig plantejar que volia escriure un llibre. Així va sorgir la idea de fer un viatge. Va ser quan vaig conèixer la Mònica Bernabé i la Mercè, que també estaven molt interessades en el tema, i vam decidir fer el viatge juntes a l'Afganistan.

Amb quina sensació vas tornar del viatge?
–Jo vaig intentar de no anar amb una idea preconcebuda. Em vaig documentar molt sobre la història de l'Afganistan, però un cop allà, la situació és molt pitjor del que et puguis imaginar. Realment la situació és molt dura. Malgrat això els veus tant sencers... Et diuen que estan passant el pitjor moment de la seva història, però que se'n sortiran. Davant d'això no t'enfonses.

Què destacaries de la situació de les dones i les nenes de l'Afganistan?
–Des de l'any 1992 amb l'Aliança del Nord la situació de les dones ha anat empitjorant cada vegada més. Abans d'aquesta data les dones tenien tots les drets reconeguts. Tenien professions, estudis superiors, participaven de la vida pública... Per posar un exemple, l'any 1965 hi havia quatre dones al Parlament. I és que l'any 1964 l'Afganistan tenia una Constitució democràtica i laica que reconeixia la igualtat de drets dels homes i les dones; i els partits polítics –des dels comunistes fins els més de dretes/fonamentalistes– eren legals. Però va haver-hi un cop d'estat que va derrocar la monarquia.

Quan el 1992 van arribar al poder els fonamentalistes de l'Aliança del Nord van començar a imposar el vel a les dones. I els talibans van imposar el burca, van prohibir el dret al treball, a l'ensenyament, a la sanitat i qualsevol tipus de dret. Les dones fins i tot tenen prohibit riure fort o fer soroll al caminar.

Estem parlant molt de les dones, però els homes tampoc gaudeixen dels drets més fonamentals.
–Aquí el que cal és diferenciar entre la població civil i els talibans. Els homes també són víctimes del règim fonamentalista. Ningú està d'acord amb els talibans. Tota la població està oprimida. Cal fer entendre que els homes no són talibans. Els talibans són una banda armada d'uns cent mil individus que reprimeixen tota la població. Els talibans agafen homes i nois joves i se'ls emporten en camions cap al front.

Quin és el paper de l'ex-rei Mohamed Zahir Shah en el conflicte?
–Fa anys que l'ex-rei intenta convocar la Loya Jirga (Gran Assemblea) des de Roma. La població afganesa no vol ni l'Aliança del Nord ni els talibans i l'única alternativa vàlida per a la població és la convocatòria de la Gran Assemblea, que és l'òrgan tradicional que està capacitat per decidir el futur del país. Aquesta Assemblea ha d'estar convocada per una persona de prestigi.
El rei seria aquesta persona, perquè la seva època es recorda com a bona. Però ara fa quatre dies els EUA diuen que tornaran a posar al rei i que hi haurà un govern de coalició amb l'Aliança del Nord. Però el rei sempre ha dit que no vol ser rei, i el país no vol la monarquia. I així ens tornem a trobar amb el problema que ha patit sempre l'Afganistan: una altra ingerència estrangera que vol posar un govern titella que faci el que li diguin les grans potències.

Però la Loya Jirga seria el procés més democràtic. Així, com s'explica l'oposició dels EUA i la Comunitat Internacional a la celebració de la Gran Assemblea?
–Hi ha un projecte de construir un oleoducte i un gasoducte del Turkmenistan fins el Pakistan que es disputen les petrolieres nord-americanes i europees. L'Afganistan mai ha reconegut la frontera amb el Pakistan. Al govern del Pakistan no li interessa un govern democràtic, perquè la situació actual li permet espoliar el país. Ells, els afganesos, hauran de decidir. En canvi, si els posen un govern titella no podran fer-ho.

Existeix un enfrontament real entre la civilització occidental i la musulmana?
–No, no és veritat. La gent d'Afganistan deien que no volien ser occidentals, perquè tenen la seva pròpia cultura, amb les coses bones i les dolentes; igual que la gent d'aquí té les seves coses bones i dolentes. Crec que no hi ha un enfrontament perquè el concepte d'occidental no existeix com a tal, l'hem creat nosaltres per sentir-nos com una espècie superior.

El nivell religiós no marcaria una diferència substancial amb els països –diguem-ne doncs, entre cometes– "occidentals"?
–L'Afganistan de tota la vida és un país musulmà, de la mateixa manera que Espanya es pot considerar com un país catòlic o els EUA com un país amb majoria protestant. Afganistan sempre ha tingut una població musulmana molt tolerant, amb un Islam molt respectuós. Allà hi convivien comunitats hindús, budistes, jueves... La gent que jo he conegut viuen l'Islam com aquí podem viure el catolicisme. Tenen les seves festes, les seves tradicions i costums que venen marcats. I si algú resa és a títol personal.

Així, no hi ha cap incompatibilitat en ser musulmà i demòcrata alhora?
–No, no n'hi ha cap. L'Islam, igual que el cristianisme, són religions amb una filosofia de la vida que tenen una sèrie de principis orientatius. Les autoritats poden fer una interpretació d'allò que pot ser més o menys laic. Aquí també vam tenir la inquisició. I quan el Bush ha dit que Déu està de part seva també podríem dir que és fonamentalista.

Però no és aquesta la visió que ens ofereixen els mitjans de comunicació.
–Els mitjans de comunicació poden ser utilitzats com la maquinària per preparar una guerra. Hi ha una complicitat, involuntària, perquè s'alimenten de les grans agències.

I què passa amb l'esperit crític dels periodistes?
–Que troba un mur a l'hora de mostrar la veritat. Cada mitjà té unes prioritats. Tot és qüestió d'incloure-ho a l'agenda o no. No és la veritat el que interessa, sinó l'actualitat, i també hi intervé el factor proximitat.

Quins són els projectes de l'Associació per a l'Assistència Humanitària de les Dones i Nens de l'Afganistan?
–La denúncia, buscar finançament per a projectes de cooperació i la pressió política. Ara, són els mitjans de comunicació, mobilitzar gent i buscar finançament per ajuda d'emergència, que serà imminent.

El llibre que has publicat, El grito silenciado, ja ha arribat a la sisena edició. Hi ha la intenció de publicar-lo en català?
–Bé, d'aquest tema se n'encarrega l'editorial.

Voldries afegir alguna cosa?
–Sí, el que voldria remarcar és que la població civil de l'Afganistan està absolutament desarmada. La població són homes, dones, nens i nenes víctimes de la repressió dels talibans. Estem parlant de 100.000 talibans contra milions de civils, la majoria d'ells refugiats fora de les fronteres.

(S/s. 25 de setembre de 2001)