Carles Decors publica una novela de amor situada en la antigua isla de Fernando Poo.

El tema: una relación de amor furtivo entre un europeo blanco, catalán de Reus para más señas, y una indígena de la etnia bubi...

"Este es el viaje pendiente de mi vida —explica el autor—. Mi padre era perito agrónomo y trabajó allí durante veinticinco años, en una plantación de cacao, y solo venía a vernos una vez al año. Los rasgos principales de mi protagonista se basa en su figura. Hizo la guerra en el bando republicano y estuvo en un campo de concentración. Luego, por un golpe de suerte, fue enviado a Guinea..."

Decors, economista y actual administrador del Mercat de les Flors se documentó mucho para escribir su historia, especialmente a partir del testimonio del padre claretiano Amador Martín del Molino, autor de “Los bubis, ritos y creencias” y que vivió junto a una comunidad de aquella etnia durante veinte años.

"No quise ir allí personalmente, porque estoy seguro de que el país me habría desengañado".

La peripecia del protagonista, escindido en dos identidades, bascula entre el mundo colonial y el mundo indígena, que el autor ofrece alternados, mediante los recuerdos del personaje.

"Quise confrontar el mundo colonial a la realidad indígena... La cultura bubi me pareció más fascinante a medida que me iba adentrando en ella, y me centré en el valle de Moca, donde más se han mantenido todas estas tradiciones ancestrales".

(Rosa María Piñol: La Vanguardia, 20 d'abril del 1999)